miércoles, 25 de enero de 2012

QUÉ FUE DE ..?



Renaldo Lopes da Cruz llegó al Depor en el mercado invernal de la temporada 1996/97. Quizás se trata de uno de los futbolistas que menos tiempo necesitaron para hacer historia, porque los ecos de su famosa frase nada más aterrizar en España llegan hasta nuestros días: "soy una mezcla entre Ronaldo y Rivaldo". O algo parecido, porque el tiempo ha distorsionado el recuerdo y hay quien mete también a Romario en el increíble cóctel. Sea como sea, sus palabras jamás dejarían de perseguirle, marcando unas expectativas que nunca llegó a cumplir. Renaldo cumplirá pasado mañana 39 años... y pese a lo que muchos puedan pensar, el delantero continúa en activo.

Renaldo dio sus primeros pasos en el modesto Guará. Con casi 21 años, fue contratado por el Atlético Paranaense; y tras disputar tan sólo nueve partidos en dos años (en los que anotó dos goles), firmó por elAtlético Mineiro. Fue en el popular equipo de Minas Geráis donde ofreció su mejor versión, la misma que le sirvió para llegar a Europa y al Depor. En tres años, Renaldo jugó 63 encuentros y marcó 31 goles, encumbrándose como artilheiro y capturando la atención de un Lendoiro enamorado del fútbol brasileño. El presidente le hizo un contrato por cuatro temporadas y media, previo pago de 350 millones de las antiguas pesetas.

Sin embargo, el infortunio fue la sombra de Renaldo desde el momento en que pronunció las palabras malditas al llegar a Coruña. En el tiempo en que perteneció a la disciplina deportivista, sufrió el fallecimiento de sus padres y un hermano, además de la enfermedad de un hijo. Los viajes a Brasil con motivo de convalecencias y funerales se hicieron una constante y dificultaron su adaptación a la competición europea. De hecho, todavía hay quien recuerda cómo Renaldo caía patosamente sobre el césped una y otra vez en sus primeros partidos: no estaba acostumbrado a usar tacos de aluminio. Lo que no se recuerda tanto es su intachable profesionalidad: el ariete siempre se esforzó por reducir al máximo sus ausencias y ponerse a disposición del entrenador en cuanto su moral se lo permitía. Llegó a disputar veintitrés partidos con la blanquiazul, y en la recta final del campeonato hizo cinco goles.

A partir de ahí, Renaldo comenzó el típico rosario de cesiones al que se ven habitualmente sometidos los descartes del Dépor. De préstamo en préstamo cumplió su contrato, que expiraba el 30 de junio de 2001.Corinthians (un gol en once partidos), Las Palmas (marcó catorce goles en Segunda) y Lleida (ocho dianas en diecisiete encuentros) fueron sus destinos, con un año en blanco por el medio. En la 2001/02, desligado definitivamente del Deportivo, firmó por el Extremadura. Media campaña, quince partidos y un solitario 'chicharro' fueron suficientes para que en Almendralejo dejasen de contar con él.

Durante el parón invernal de esa temporada, Renaldo recibió noticias del interés de otro club de Minas Geráis, elAmérica de Belo Horizonte, en incorporarle; siempre y cuando quedase liberado de su compromiso con elExtremadura. El club adeudaba ciertas cantidades al delantero, de manera que su libertad se fijó en tan sólo nueve mil euros. Y Renaldo no los tenía. ¿Adivináis quién pagó? Otro ex nuestro y buen amigo de Renaldo, el mediocentro Flavio Conceição, que por aquel entonces nadaba en los euros de su contrato con el Real Madrid. Gracias a él pudo regresar por fin a Brasil.

En 2002, añadió cuatro goles a sus registros en los veinte duelos que disputó con el América. 2003 sería su último gran año: con el Paraná fue capaz de marcar nada menos que treinta dianas en 41 partidos. Desde entonces, Renaldo fue cambiando de club y bajando de categoría año tras año: Anyang y Bucheon (en Corea del Sur), Palmeiras, de nuevo Paraná, Coritiba, Náutico, Ceilândia, Democrata y Capital... hasta llegar recientemente al modestísimo Dom Pedro II, con cuya indumentaria aparece en la imagen.

Renaldo sigue siendo orgulloso y presumido. Pese a su avanzada edad, continúa confiando en sus posibilidades. "Todavía sé meter goles. Estoy bien físicamente y me siento motivado", comenta en una entrevista concedida hace un par de semanas en Brasil. Cerca de la retirada, asegura haber superado los cuatro centenares de goles marcados. "Una vez leí en una revista que estaba cerca de los 200. Sin embargo, sé con certeza que llevo un mínimo de 425". Al estilo de Romário. "Pero yo no soy como él, no cuento los amistosos; sólo partidos oficiales desde juvenil", replica. Genio y figura.

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