Carta a los NIÑOS de Andrés, el Presi
Cuantas cosas podría deciros hoy de Andrés; sin embargo creo que ninguna de ellas alcanzaría a definir la realidad de su persona. Puede que no se haya inventado aún la palabra que describa al bueno de Andrés, pero si tuviera que elegir alguna esa sería Entrega.
Podría deciros tantas cosas buenas de Andrés que no bastaría el universo infinito para acogerlas. Podría decir uno tras otro los nombres de aquellos que habéis llorado a Andrés desde el instante mismo en que supisteis la fatal noticia, que no bastarían los días de nuestra existencia para contaros. Ayer y hoy he visto en vuestro rostro la impotencia y el dolor, pero también he visto el reflejo del rostro ilusionado del Presi en los inicios del Rayo Sadense. Ilusión renovada que hace tan solo unas horas me confesaba por volver a reanudar la entrega al club de sus amores.
Entrega y sobre todo un gran corazón. El mismo corazón que nos lo arrebató cruelmente, sin una mínima posibilidad de defensa, fue también capaz de uniros a lo largo de varias décadas. Generación tras generación habéis crecido en torno a su persona. Fue capaz de contagiarnos con su entrega. Fue capaz de ilusionarnos. Pues bien, que ese mismo corazón siga latiendo hoy con más fuerza en vuestros pechos para mantener vivo su recuerdo. El recuerdo de quien os ha dedicado su vida sin pedir nada a cambio. Un recuerdo que ya vive en mí.
Conocéis al Presi y podéis estar seguros que en este preciso instante estará tramando algo nuevo ahí arriba.
Infinitas gracias Presi.
Isaac Fernández.
Cuantas cosas podría deciros hoy de Andrés; sin embargo creo que ninguna de ellas alcanzaría a definir la realidad de su persona. Puede que no se haya inventado aún la palabra que describa al bueno de Andrés, pero si tuviera que elegir alguna esa sería Entrega.
Podría deciros tantas cosas buenas de Andrés que no bastaría el universo infinito para acogerlas. Podría decir uno tras otro los nombres de aquellos que habéis llorado a Andrés desde el instante mismo en que supisteis la fatal noticia, que no bastarían los días de nuestra existencia para contaros. Ayer y hoy he visto en vuestro rostro la impotencia y el dolor, pero también he visto el reflejo del rostro ilusionado del Presi en los inicios del Rayo Sadense. Ilusión renovada que hace tan solo unas horas me confesaba por volver a reanudar la entrega al club de sus amores.
Entrega y sobre todo un gran corazón. El mismo corazón que nos lo arrebató cruelmente, sin una mínima posibilidad de defensa, fue también capaz de uniros a lo largo de varias décadas. Generación tras generación habéis crecido en torno a su persona. Fue capaz de contagiarnos con su entrega. Fue capaz de ilusionarnos. Pues bien, que ese mismo corazón siga latiendo hoy con más fuerza en vuestros pechos para mantener vivo su recuerdo. El recuerdo de quien os ha dedicado su vida sin pedir nada a cambio. Un recuerdo que ya vive en mí.
Conocéis al Presi y podéis estar seguros que en este preciso instante estará tramando algo nuevo ahí arriba.
Infinitas gracias Presi.
Isaac Fernández.
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